Vuelvo a aclarar: voy a separar esta
reseña en cuatro puntos: «de qué se trata», «opinión personal», «nota» y
«conclusión final». Sólo «opinión personal» tiene spoilers; el resto pueden leerlo sin problemas si no leyeron el
libro. Están avisados!
GÉNERO: Aventura, Romance, Suspenso.
AUTOR: Richelle Mead.
PERSONAJE FAVORITO: Cristian, Dimitri.
PERSONAJE ODIADO: Mía.
DE QUÉ SE TRATA:
Rose y Lissa han escapado de la
Academia para Vampiros que se encarga de su educación. Lissa es parte de una de
las doce familias reales vampíricas, mientras que Rose es una simple guardiana
y mejor amiga de Lissa. Cuando Rose siente que Lissa está en peligro inminente,
lidera su escape lejos de su hogar para mantenerla a salva.
Pero, luego de un tiempo, son
encontradas y devueltas a la Academia. Rose aún siente las ganas de huir, que
Lissa no está completamente a salvo allí. Mientras son forzadas a reintegrarse
a la vida social del colegio, Rose intenta desentrañar la amenaza de la que han
estado huyendo. Y lo que descubra puede ser tanto inesperado como peligroso…
OPINIÓN PERSONAL:
Otro libro que comienzo a leer
porque se acerca la película. Si no estoy equivocada, en febrero tendremos
VAMPIRE ACADEMY en los cines de Bs As. y una nueva saga llegará para ser furor
en los cines.
También he decidido leerlo porque mi
amiga y creadora de este blog, Lara, me lo ha recomendado. Así que por una cosa
y la otra lo agarré con gran expectativa. Y a pesar que el romance no es mi
fuerte, no me ha decepcionado.
Me costó un poco sí comprender y
aceptar la sociedad en la que se manejan los personajes del libro. ¿Una realeza
vampírica? ¿Un colegio secundario rozando los problemas cotidianos y normales
para estas criaturas de la noche? ¿Un grupo de chicas que parecen demasiado
humanas a la cabeza de esta historia de seres sobrenaturales?
Debo admitir que me costó digerirlo.
Al principio no entendía demasiado ni las posiciones sociales ni los nombres, y
me costaba un poco creérmelo. Estoy demasiado acostumbrada a ver historias como
Crepúsculo —y no es que admire o
siquiera me guste esta saga— o The
Vampire Diaries —«Crónicas
vampíricas» en algunos países—, donde los vampiros son nocturnos y
sobrenaturales y súper-poderosos y atractivos y letales como para verlos en
esta faceta casi… común.
Pero en eso radica también la
sorpresa de la saga: rompe con el estereotipo. Hay vampiros sensibles a la luz,
pero no se queman; una estaca al corazón los mata, pero debe ser de plata, no
madera; se alimentan de sangre, pero son moderados y no obtienen ningún placer
al beberla; no están totalmente muertos, excepto una raza específica de
vampiro; pueden tener hijos, aunque sólo algunas razas; tienen un gobierno, una
realeza y una escala social en torno a las familias vampíricas que encaja a la
perfección con la escuela secundaria; sólo algunos tienen magia; algunos rozan
lo humano, y la mayoría no posee las cualidades extraordinarias de las
historias de estos monstruos como súper-velocidad o belleza súper-humana.
Mientras uno aprende como están
constituidas las jerarquías, también conocemos a los personajes. Al inicio,
sólo tenemos a Rose —hablando en primera persona— y Lissa huyendo de Dios sabe
qué cuando son atrapadas por unas personas que al principio parecen ser los
malos, las personas de las que ellas están huyendo, y luego resultan ser los
buenos, las personas que están buscando protegerlas. Así, de regreso en la
Academia, Rose y Lissa se ven separadas, vigiladas y con la ardua labor de
reintegrarse al mundo escolar de las apariencias mientras intentan —casi en
vano— de mantener los motivos y las circunstancias de su huída en secreto.
Nuevos personajes aparecen para
ayudarlas: Cristian y Dimitri que pasarán a ser los intereses románticos de una
y otra. Cristian se ganó mi afecto instantáneo, no sólo por ser contradictoria
a esta sociedad de apariencias —que encuentro desagradable— sino por ser el
personaje más sincero que hay. Dimitri, por otro lado, aunque duro y frío, se
nota que tiene mucho amor dentro. Rose y Lissa, por otro lado, me caen bien,
pero no logro conectar con ellas. Sí me gusta la faceta dura y
siempre-a-punto-de-golpear de Rose, así como la calma y diplomacia de Lissa. Sé
que me conectaría más con ellas si no fuera por esa necesidad imperiosa de lucir
como diosas y ser el centro de atención que tienen ambas. Sé que eso es un
problema mío: no soy una chica que le interese demasiado la coquetería, ni la
ropa, ni el maquillaje, ni ser popular. Soy una geek/nerd de la punta del pie a la punta del pelo. Pero sí entiendo
que a otras chicas les importe y ahí es donde hago uso de mi finita paciencia
para soportar cuando los personajes se desviven por un pintalabios o un par de
zapatos.
Volviendo a la historia, el
principio trascurre un poco lento, donde se guarda de manera un poco extremista
el misterio en torno a la huida de la Academia y los poderes de Lissa. A partir
de la segunda mitad del libro, todo se acelera. No sólo por la acción y la intriga, que está bien medida en sus dosis
y te lleva por el libro, sino porque sufrimos varios flashbacks donde finalmente nos enteramos de algunas cosas
importantes. Por mi parte, hubiera buscado más armonía en la manera de revelar
estos temas, como tirar un poco más de ello en la primera parte, pero igual
está aceptable.
Hay algunas cosas que son
previsibles, como quién es el responsable de todo —no el responsable en sí pero
sí su secuaz. Lo vi venir mucho antes— o los misterios en torno a Lissa. Otras
cosas, en cambio, no eran de esperarse y sorprenden, mucho. Me gustó todo lo
referente al poder de Lissa y los personajes que habían vivido lo mismo que
ella.
Y la historia de amor no es trillada
ni vomitiva. Eso es un punto a favor. Totalmente apuesto por ambos romances, en
especial el de Lissa. Sé que no es el principal, pero es el que me atrapó de
entrada. ¡Punto a favor! Y me alegro que no traten a estas chicas populares con
el carácter de una adulta pero con la sexualidad de una niña de diez años: todo
está en su medida justa. Dado la sociedad en la que viven y los caracteres de
cada una, la sexualidad de ambas está bien proporcionada —aunque, en mi
opinión, las experiencias sexuales de cada una deberían invertirse dado las
personalidades. Sería más creíble—. Y me agrada ver que Rose no es una idiota
compulsiva cuando se enamora y sigue entendiendo el sentido de la
responsabilidad ante todo.
CONCLUSIÓN FINAL:
En resumen, a pesar de que VAMPIRE
ACADEMY se proclama como un libro de amor, no es lo único que tiene. Al
contrario, nunca pierde el eje central que plantea desde el principio, que es
una historia de amistad y sacrificio. El amor sucede durante esta historia y,
para mí, eso es lo mejor que puede tener una novela. Detesto las historias que
te plantean un mundo complicado y lleno de conflictos políticos y sociales para
luego perderse en una historia trivial de amor —como el chasco que me llevé con
Delirium—.
La trama está bien, los personajes
son creíbles, el amor es moderado y verosímil y el suspenso está latente
continuamente. A su vez, aunque predecible en algunas partes, hay algunos giros
que lo toman a uno por sorpresa. Voto por eso.
A pesar de que a mí me ha costado
acostumbrarme a todo él «reyes y príncipes vampiros», sale también un poco
fuera de lo común y eso lo hace también interesante. Y con eso declaro que,
aunque no inmediatamente, leeré los siguientes para ver cómo continua esta
historia.
YO…
LEERÉ EL SIGUIENTE?: Tal vez.
LO COMPRARÉ?: No.
LO RE-LEERÉ?: No.
LO QUEMARÉ?: Nah.
LO EXORCISARÉ?: Nah.
LEERÉ EL SIGUIENTE?: Tal vez.
LO COMPRARÉ?: No.
LO RE-LEERÉ?: No.
LO QUEMARÉ?: Nah.
LO EXORCISARÉ?: Nah.
RENOMBRADO COMO: La importancia de ser popular.
TE GUSTARÁ SI LEISTE: Mestiza.
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