jueves, 23 de abril de 2015

SAGA LEGADOS DE LORIEN: ARCHIVOS PERDIDOS#11: EL NAVEGANTE

Vuelvo a aclarar: voy a separar esta reseña en cuatro puntos: «de qué se trata», «opinión», «nota» y «conclusión». Sólo «opinión» tiene spoilers; el resto pueden leerlo sin problemas si no leyeron ya el libro. Están avisados!

GÉNERO: Fantasía, Ciencia-Ficción, Aventura.

AUTOR: Pittacus Lore.

UBICACIÓN: Antes de Soy el Número Cuatro. 

PERSONAJE FAVORITO: Lexa.

PERSONAJE ODIADO: -

DE QUÉ SE TRATA:
Nos enteramos de la historia de Lexa, la piloto que trajo a Crayton y Ella a la Tierra, su vida en Lorien antes de su caída, su viaje a través del espacio y el nacimiento de su odio y la determinación de combatir a los Mogadorianos

OPINIÓN:
A pesar de que estos Archivos Perdidos son siempre geniales y un tesoro, no puedo decir que me haya sorprendido en ninguna medida. Muchas cosas de esta historia nos recuerdan a la historia de Sandor en Los Últimos Días de Lorien, desde su pasión por la tecnología, su "odio" hacia las leyes de Lorien, la manera en la que llegan a abordar la nave... Sus historias son tan similares que realmente no se está leyendo nada nuevo.
Lexa es un personaje interesante aunque nos remite demasiado a Sandor. Eso no es algo malo porque realmente Sandor es un gran personaje, así que también lo es Lexa. Zophie y Crayton también  tienen su cuota de protagonismo pero no brillan. Ella y las Chimeras dan ternura, pero no resaltan demasiado.
El Archivo Perdido es demasiado corto (unas 50 págs.) y si el próximo, El Guardia, si continúa la historia de Lexa, creo que podrían haberse juntado para formar sólo un Archivo. Pittacus podría haber aprovechado un AP para explicarnos otra cosa.






CONCLUSIÓN:
Gran complemento de la saga, como cada cosa que traen los Archivos Perdidos. 

YO…
LEERÉ EL SIGUIENTE?: Obvio.
LO COMPRARÉ?: Obvio.
LO RE-LEERÉ?: Obvio.
LO QUEMARÉ?: Nunca.
LO EXORCISARÉ?: Nunca.
RENOMBRADO COMO: La gemela de Sandor que no sabe pilotear que llegó aquí por casualidad.

TE GUSTARÁ SI LEISTE: Legados de Lorien, duh. 

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